jueves, 15 de mayo de 2014

Las caídas, un tema muy amplio (IV): como prevenir

Pero, ¿es todo negativo al hablar de temas como las caídas? Hasta el momento, da la impresión de que queremos desmoralizar al lector con tantos preocupantes datos pero…¿no hay luz al final del túnel a medida que analizamos estos “accidentes”? la realidad es muy diferente, y este pensamiento os queremos trasmitir esta vez, puesto que, las caídas se pueden prevenir, y aún habiéndonos caído veinte veces, no quiere decir que vaya a haber una veintiuna.

Exactamente, el ejercicio físico puede reducir las probabilidades de que se produzca una caída en un 15-27%, y en mayor medida, los programas de prevención pueden reducirlo en un 40%(GINÉ-GARRIGA & MARTÍN BORRÁS, 2008).

De hecho, según otro informe (SIELBLEU CATALUNYA, s.d.) analizando el mismo tema, el ejercicio físico reduce las caídas en un 17%, y en entre un 20% y un 40% las posibilidades de rotura.

Por lo tanto, ¿qué hay que hacer para evitar las caídas? Según (FOGARTY, 2002),
el ejercicio físico es esencial, ya que reduce el riesgo en un 25-30%, preguntarle al médico sobre la robustez de los huesos y poner atención en la presión, el corazón, en los diuréticos para el agua y en los calmantes musculares.

Las caídas, un tema muy amplio (III): consecuencias

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Ya que llevamos tanto rato dándole vueltas al tema de los factores que ayudan a sufrir caídas, ha llegado la hora de pasar a las consecuencias, porque, como ya veremos, la lista también es muy extensa. Antes de empezar, en nuestras charlas siempre damos a entender que hay tres tipos de consecuencias: las físicas, las psicológicas y las económicas. Sobre estas últimas hablaremos más tranquilamente en otra ocasión, pero mientras tanto veamos qué podemos aprender sobre las otras dos.

¿Cuáles son, por lo tanto, las principales consecuencias de una caída? Generalmente, en el 5-8% de los casos se produce una rotura, pero en las mujeres mayores que 75 años este porcentaje aumenta considerablemente en un 40% de los casos y en los hombres de la misma franja de edad, en el 27% de los casos. (CARDOSO, s.d.).

Las caídas, un tema muy amplio (II): factores de riesgo

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 Seguramente con tanto numero y tanto dato estaréis medio mareados, pero, ya que sale el tema, ¿por qué se marean o se caen con tanta frecuencia los mayores? En nuestras charlas, con frecuencia recordamos que hay dos tipos de factores: por un lado, los propios o físicos, y por otro lado, externos o del entorno, los cuales influyen los unos en los otros. ¿Qué dicen, entonces, los expertos sobre este tema?

Cuantos más factores de riesgo haya para caerse, más riesgo para caerse. Esos factores de riesgo serían el ejercicio físico, el equilibrio, el calzado, la salud, los ojos (la claridad, ver cerca o lejos, poder distinguir las cosas…), los medicamentos y el entorno. (AUSTRALIAN GOVERNMENT, 2005). Según la misma investigación, sufren caídas en mayor medida los ancianos que mantienen un ritmo de vida sedentario, pero, ¿por qué se quedan en casa? un 20% de los que se quedan en casa atribuyen su falta de movimiento a sus problemas de pie.

De la misma manera, entre los factores que favorecen las caídas también encontramos la debilidad creada por los problemas de corazón, la demencia y la hipotensión, artritis o Parkinson, inflamación de los laberintos y el empeoramiento del estado físico. (NSW Department of Health, 2006) El alcohol también es un factor a tener en cuenta, puesto que reduce la coordinación y el recuerdo y debilita los huesos.

Cuando comer mal es un problema y una realidad

Hoy en día la Unión Europea tiene un problema grave, aparte de los problemas políticos y económicos de siempre, ya que 30 millones de habitantes padecen desnutrición (Alfaro y Vallés, 2010), problema que acarrea una pérdida de 170 mil millones de euros. Este gran problema se intentó abordar con la declaración de Praga pero los frutos de dicho acuerdo están por ver.
Es más, entre un 30% y un 50% de estos enfermos están formados por gente mayor de 85 años.

La cura de este tipo de enfermos no se ha logrado de manera fácil, porque aparte de tener una alimentación escasa, la cantidad de comida que ingieren tiene tantos altibajos que las pérdidas y las ganancias de peso son demasiado radicales.

Los médicos, con el objetivo de encontrarle solución, utilizan tanto métodos prospectivos como retrospectivos. El primero se basa en que el paciente escriba nada mas ingerir la comida, la segunda se basa en un cuestionario sobre lo comido.
Por ejemplo, el Recordario dietético es otro tipo de examen, mediante el cual se consigue en 20 minutos lo comido por el paciente de una manera sencilla.
Por otra parte, El Historial dietético, sin embargo, se usa para saber el modelo de sus comidas, y se le pregunta al enfermo sobre el último mes.

La vejez y la alimentación: siempre peleándose

La energía de la población mayor que 70 años se reduce en un 30% (Burgués, s.d.), al igual que la talla y el peso. Además, su concentración de calcio puede bajar hasta un 40%, incrementando las opciones de que los huesos se rompan o se deformen. Aparte de eso, la grasa se acumula en perjuicio del músculo y por tanto se pierde fuerza y flexibilidad, mientras las posibilidades de caídas aumentan.
Con la edad también se reduce la capacidad de digestión y también el placer y los sentimientos suscitados por la ingestión de alimentos.

Entre la gente de edad aparecen diversas enfermedades relacionadas con la alimentación, por ejemplo, la obesidad (tanto el androide, con forma de manzana como el ginoide, con forma de pera), la diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, peso insuficiente y alteración de los intestinos.
La salud tiene una estrecha relación con reducir las discapacidades, por lo tanto, la vejez saludable tiene una importancia capital (Álvarez, Burgos y Planas, 2011). El envejecimiento saludable tiene en sí misma diferentes aspectos y objetivos, pero vayamos a la alimentación, el tema que nos ocupa hoy.

La vejez, brevemente

La palabra vejez es una palabra que se usa mucho pero conviene recordar que hay dos tipos de vejez (Varela y Alonso, 2009): la de primer grado o intrínseca/fisiológica y la de segundo grado (extrínseca) o patológica.

Decimos vejez eugénica cuando no le damos demasiada importancia y cuando estamos bien de salud, y patogénica, cuando notamos un bajón físico o mental. A raíz de esto vienen los conceptos de usual aging y succesful aging, los cuales hablan sobre la situación física que está de acuerdo con la edad y la que está por encima de su grupo de edad, respectivamente.

Éste proceso de decadencia empieza a los 30 años, y seguirá hasta la muerte, de un modo y un ritmo diferente. Es intrínseca, como es perjudicial es peletero, progresivo y universal, es decir, todos llegamos a la vejez, sin excepciones.
Hay distintas teorías para explicar la decadencia de nuestro cuerpo, la determinista (tan solo deciden los genes), estocástica (genes+entorno), evolutiva (la que está de acuerdo con Darwin), integradora (la cual se ha creado juntando diferentes teorías), conclusión del sistema inmunológico (según cual ha sido su funcionamiento) y el del estilo de vida.

viernes, 9 de mayo de 2014

¿Cómo podríamos trabajar las caídas en el ámbito institucional?

En esta entrada, analizaremos las caídas desde el punto de vista de la enfermería, ya que el artículo que hemos tenido en cuenta para escribir este texto está escrito por un enfermero. ¿De hecho, conocen bien los enfermeros y/o cuidadores la manera de actuar frente a una caída?

Después de llevar a cabo un estudio sobre los trabajadores de hospitales y residencias(Williams & Scudds, 2008), se ha sabido que los trabajadores también le tienen miedo a caerse. Saben que son evitables, aunque no las tengan todas consigo. Ante esto, queda claro que también hay que trabajar con ellos.

La responsabilidad que tienen los trabajadores de los programas de cuidado es grande, demasiado grande a veces, al menos si observamos lo dicho por ciertos estudios(Australian Goverment, 2005). Un 49% piensa que las caídas son inevitables. Respondiendo a otra pregunta, un 51% rechazaba ciertos ejercicios al pensar que los mayores no serían capaces de hacerlo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Varias directrices para evaluar caídas

Nota: este texto es un mero resumen del trabajo de Montserrat Lázaro.
 

Se creía que las personas mayores de 89 años tenían otras razones para las caídas, ya que son más comunes (Formiga, Ferrer et Duaso, 2006). Sin embargo, se ha visto que no es así, ya que son las mismas variables, lo único que cambia es la intensidad de la actividad .

Aunque la clasificación sea nueva, podemos diferenciar dos tipos de alumnos en el programa, y en general, en la calle (Delbaere, 2010). Por un lado, están los que tienen ansiedad, los cuales limitan el ejercicio físico por su miedo, los cual aumenta su riesgo a caer. Por otro lado, tenemos los estoicos, los que están repletos de confianza y hacen más ejercicio y la buena situación de sus cuerpos evita las caídas.

Como se puede apreciar, la valoración de las caída y de la propia persona que se acae no es un trabajo fácil, y hay mucho factores a tener en cuenta. Por ello, y con un extenso y detallado artículo de Montserrat Lázaro (s.d.), eso es, exactamente, lo que vamos a mencionar en esta entrada.

En busca de unos huesos fuertes y saludables

Pedimos perdón, antes de nada, porque hemos perdido las referencias de este artículo, pero creemos que es interesante compartirlo, puesto que habla de rotura de huesos.

Por ejemplo, entre la población mayor de 50 años muchos huesos se rompen por las caídas, el 50% en el caso de lasa mujeres y el 22% en el caso de los hombres.

La rotura de cadera suele ser la más grave, ya que el 20% de la gente mayor muere al instante y un 33% al año se sufrirla. Éste tipo de rotura tiene efecto en el 67% de la gente mayor, un tercio suele necesitar ayuda de ahí en adelante para seguir con su vida, un 20% se recupera después de un tiempo variable y la mitad termina en una residencia.
Cada año se suelen romper alrededor de 20000 caderas en España, siendo el 28% del total de pacientes tratados en el hospital.

La fragilidad de los huesos puede tener 3 razones. La primera de todas es la mala construcción del esqueleto, por tanto es un problema que viene de muy atrás. Por otro lado estaría la pérdida de la cantidad y la concentración de los huesos, ya que con la edad debido a diferentes motivos los huesos se van debilitando. Para terminar, la buena formación de los huesos también puede dar que hablar en este aspecto.

A la hora de evitar las roturas, el proceso metabólico llamado remodelado óseo y tener entre 500 y 2000 mg de calcio en la dieta es vital. A raíz de éste último, el calcio reduce la pérdida de los huesos, ya que al aumentar la absorción los huesos también se refortalecen, también debido a la vitamina D en cierta medida.

La hidratación (III)

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Como tercera toma de contacto con la hidratación, vamos a resumir y destacar los apuntes más interesantes de una guída de buenas prácticas que publicó la SEGG.

La ola de calor de 2003, por la cual mucha gente perdió su vida en toda Europa, trajo un punto de inflexión, sobre todo porque no se actuó hasta que una gran cantidad de ancianos murió de deshidratación (Casado, Garea, Gil, Moreno, Ramos eta Rodríguez, 2011). La gente mayor fue la mayor damnificada, pero en parte es comprensible, ya que su concentración de agua es del 65% (en la gente mayor que 65 años), frente al 75% de los que son más jóvenes. Ésta perdida acarrea perdida del tejido muscular y perder hueso, grasas y tejidos que unen diferentes partes del cuerpo.

Antes hemos mencionado que en una semana sin beber agua estaríamos muertos, aguantaríamos hasta un mes sin comer. Al fijarnos en las funciones del agua nos damos cuenta de la razón de esa afirmación. El agua transporta fluidos orgánicos, es lubricante de tejidos y articulaciones, habilita el metabolismo de las células, termo regula, nos protege frente a las infecciones y además, es el elemento imprescindible para que ocurran las reacciones químicas. No es poco.

La hidratación (II)

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Para dar continuidad a los artículos que hemos publicado relacionados con la hidratación, hoy seguiremos con ello especificando un poco más: la importancia de la cerveza.

Entrando ya en materia y aparte de los problemas que acarrean la falta de líquidos y la desnutrición, los vómitos y las diarreas son también comunes entre los deshidratados, las cuales se pueden “olvidar” bebiendo 600 ml en el momento. En esta situación o incluso cuando estamos bien, es recomendable beber agua en todo momento, incluso si no tenemos sed, ya que la falta de agua puede traer diversas enfermedades e incluso la muerte (MARTÍNEZ, s.d. .-a-).

La homeostasia de nuestro cuerpo, es decir, nuestro equilibrio interno, lo puede romper la falta de agua, por tanto, necesitaremos recuperar 1.5 veces el líquido perdido mediante agua u otras bebidas para recuperar nuestro equilibrio hídrico. Sin embargo, si lo perdido representa un 2% o menos , nos podemos recuperar sólo con agua.

La hidratación (I)

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Dejando a un lado todos los temas que hemos ido tocando hasta ahora, incluyendo las caídas, vamos a hablar sobre hidratación, un aspecto a tener muy en cuenta, ya que su ausencia puede derivarse a multitud de problemas. Esta carencia es grave, y mucho más aún cuando 2 tercios no beben la cantidad recomendada, es decir, 2 litros de agua al día (ESADE, 2010). Detrás de esa carencia se encuentran los cambios físicos y los cambios de costumbres que ocurren a la vez, porque con el tiempo el peso y el tamaño cambia y también la composición del cuerpo; las situaciones en las que surge la sed, las respuestas inmunológicas, los mecanismos de control y el aparato digestivo disminuyen, y además de eso, la intolerancia a los carbohidratos aumenta.

Todo eso tiene un gran impacto en el cuerpo, ya que la deshidratación es una de las 10 primeras causas de hospitalización de la población de más de 65 años.

Según un estudio llevado a cabo en el Estado Español, se bebe un promedio de 1791 ml (por tanto, menos de lo recomendado) al día, consumo que se reduce conforme la edad va aumentando y bebiendo las mujeres más que los hombres. En cuanto al agua, solo se consume 1082 ml y hay una disminución drástica del consumo desde el grupo de edad 50-59 y al grupo 60-69 (ESADE, 2010).

Prevenir caídas está en nuestros pies

Podiatry support crucial to prevent falls” (Spink, 2011)

Conforme van pasando los años, la información que conseguimos mediante investigaciones es mayor,¡y que siga así!

Por eso, cuando nos enteramos que el estado de los pies tenía mucho que decir en cuanto las caídas, más que extrañarnos, nos alegramos, ya que la información nos ofrece oportunidades, en este caso, para evitar caídas.

Aunque no se haya investigado mucho, un programa de prevención de Australia ha abierto un camino en este tema, con la intención de conocer todo lo posible.

Se ha visto que la fuerza de flexión de la planta del pie y los movimientos de inversión y eversión del tobillo condicionan el equilibrio y la habilidad funcional.

El dolor de los pies limita la calidad de vida y también la capacidad funcional, y por si fuera poco, puede crear alteraciones en nuestro cuerpo. Debido a las características mencionadas, la cantidad de caídas puede verse incrementada.

Sobre la importancia de la prevención

En esta breve entrada, tendremos como tema dos recomendaciones que nos hacen desde la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), puesto que publicaron un informe para incidir en la importancia de la prevención, sobre todo, en el caso de gripe y el ejercicio físico.

La gripe es una de las mayores amenazas de salud ciudadana, y además, año a año, ya que no falta nunca a la cita anual. Su presencia perpetua en nuestras vidas se explica por la mutación que sufre el citado virus, y sus síntomas (mocos, tos, fiebre etc.) se pueden solucionar con abundantes líquidos, buena alimentación, calmantes y si fuera necesario, con la ayuda del médico. Además, teniendo en cuenta que el 90% de los que mueren por gripe son mayores de 65 años, (CEOMA, s.d.) la vacuna anual, limpiarse bien las manos y la higiene cobran una importancia capital para ese grupo de edad.

El ejercicio físico disminuye sustancialmente con la edad, pero hay que hacerle frente, ya que son de sobra las ventajas que nos aporta. En estas edades, tendrán que ser activos, hacer ejercicios básicos y alternar entrenamientos y ocio. Básicamente, tendrán que hacer desaparecer el sedentarismo.

Ayuntamientos, instituciones y servicios de salud llevan a cabo diversas campañas para cambiar esta situación, pero recuerda que la mejor campaña empieza en uno mismo y en la propia casa.

Bibliografía


CEOMA: Consejos Prácticos de Prevención para Personas Mayores.(s.d.) [Consulta: 12-05-2012] http://www.medicosypacientes.com/files/prensa/adjuntos/CONSEJOS_PRACTICOS_CEOMA_pp.pdf

Varios test para medir la condición del individuo (IV): Yesavage

En una entrada más antigua, estuvimos hablando sobre la depresión y las consecuencias que esta tenía en la vida diaria del individuo, incluyendo las caídas. Conscientes de la importancia que tiene una buena salud mental entre los participantes de nuestro programa, estamos intentando ver reflejado la labor de nuestro programa de ejercicio físico en el estado de ánimo de nuestros participantes. Para ello, utilizamos la escala Yesavage.


El test de Yesavage, también conocido como The Geriatric Depression Scale, es utilizado para detectar la depresión entre la gente mayor que vive en hospitales, domicilios y comunidades (RACGP, s.d.). Es un instrumento de auto-evaluación que consta de 30 items y la escala fue desarrollada por Yesavage y compañeros en 1982 (Yesavage, Brink, Rose et al., 1982).

Esta evaluación se aplica a pacientes ancianos y se enfoca, antes que en malestares físicos, al estado de ánimo (Nova, 2012).
La versión abreviada del test contiene 15 preguntas afirmativo/negativo y se puede completar en 15 minutos. Debe tomarse en consideración que el examen es un instrumento de apoyo, por lo que conviene utilizarlo junto con más escalas, ya que podría dar positivo aún cuando no hay depresión. Una puntuación superior a 5 indicaría la presencia de depresión.

Enlace: la escala

Bibliografía

NOVA, M. La Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage [en línea]. Hipocampo, 8 de Noviembre del 2012. [Consulta: 09-04-2014]
http://www.hipocampo.org/yesavage.asp


Yesavage JA, Brink TL, Rose TL, et al. Development and validation of a geriatric depression screening scale: a preliminary report. J Psychiatr Res. 1982-83;17(1):37-49.

Varios test para medir la condición del individuo (III): SFT

El otro día estuvimos hablando sobre una prueba que pasamos a los alumnos, el POMA. Hoy es el turno del Senior Fitness test.
El ejercicio físico puede paliar las limitaciones que va imponiendo el proceso de envejecimiento, pero debe ser individualizado a las características de la persona mayor. Por ello es necesaria la valoración de la condición física de ésta. La Senior Fitness Test (SFT) es una batería para tal valoración, y es una de las pocas que está adaptada a los mayores.” (Garatachea, De Paz, Calvo et Val, 2004)
Este examen fue diseñado por Rikli y Jones y surgió para evaluar la condición física saludable de las personas mayores. Esta tiene unas características que la hacen más completa y práctica con respecto a los test que se utilizaban anteriormente. Es una prueba muy completa, ya que los test que componen la batería recogen el mayor número de componentes del fitness asociados con la independencia funcional, mientras que otras baterías realizadas para valorar a los mayores se centran en algún componente concreto. La SFT puede realizarse en personas con diferentes edades entre 60 y 94 años y es de fácil aplicación en cuanto al equipamiento y espacios necesarios, por lo que puede realizarse fuera del laboratorio.


Varios test para medir la condición del individuo (II)

En entradas anteriores hemos ido mostrando diferentes exámenes que conocemos o utilizamos en nuestro programa. Esta vez, os hablaremos sobre tres pruebas generales sobre las caídas que nos han parecido interesantes.





El primer test que vamos a mencionar se llama AFRIS e intenta detector las necesidades de cada persona. Esta información es muy útil para preparar un programa adecuado y, a su vez, convencer a esas mismas personas de que necesitan participar en el programa.



En Gasteiz disponemos de un buen plan para evitar las caídas, pero esa acción solo es efectiva cuando los mayores también participan. Aunque parezca una estupidez si no hay usuarios no vamos a ningún sitio. A raíz de esto, un porcentaje entre el 50 y el 90% le dice que no a éste tipo de entrenamiento (Australian Government, s.d.), por tanto, queda claro que hay que “vender” nuestro trabajo, y también que ellos se den cuenta de la necesidad.



Los tests AFRIS nos dan una información muy útil sobre sus carencias, ya que nos informa sobre la actitud (1º y 2º pregunta), regla subjetiva (3º pregunta), la actitud percibida (4º pregunta), actitud (5º) y la intención (6º).


Varios test para medir la condición del individuo (I): POMA

Hay una gran cantidad de exámenes que observan la situación de la gente mayor, pero todos tienen un punto de incertidumbre ante la falta de exactitud o de adecuación. En lo que respecta a nuestro tema, es decir, las caídas de la gente mayor, se necesitan pruebas que midan exclusivamente los pasos y el equilibrio.

Uno de esos es el llamado POMA (Salvá, Bolibar, Lucas et Rojano-Luque, 2005), el cual tiene 13 variables que miden el equilibrio y la actitud física. Además, tienen otras 9 variables que miden las características del andar.

El llamadoPOMA o el también conocido como Tinetti, ha sido recomendado y usado a lo largo de todo el planeta para evaluar la movilidad, paso, y equilibrio de la gente mayor. Hay cantidad de versiones, y una investigación sitemática halló 37 publicaciones diferentes del test, poniendo en entredicho la fidelidad y la efectividad del mismo (KÖPKE et MEYER, 2006).

Midiendo la Capacidad Funcional

La Valoración Geriátrica Integral (VGI) se utiliza para hacer un diagnóstico de la salud, el funcionamiento físico y de los problemas que tienen un origen psicosocial del anciano y de su cuidador, mediante un proceso entre diversas dimensiones y disciplinas, los cuales sirven también para llevar a cabo un plan estratégico (Abizanda eta Romero, 2006).



Disponemos de diversas escalas para determinar la situación del anciano, pero es difícil decantarse por una. Aun así, una buena escala debería analizar estas características y habilidades: prensión, levantar objetos pesados, llegar arriba con las extremidades superiores, subir y bajar las escaleras, levantarse desde una posición en la que el individuo está sentado y agacharse y andar.



Las escalas que más se acercarían a nuestro objetivo serían las siguientes: el Senior Fitness Test, el Short Physical Performance Battery y el Physical Disability Index, pero al igual que otras tantas, estos tests tienen dos carencias importantes (Abizanda eta Romero, 2006): como realizar el test con gente discapacitada y no saber donde está el limite de exigencia en cada prueba.


"No me voy a caer más, no me voy a caer más, no me..."

A modo de introducción, y con la finalidad de que aprendáis estos datos de memoria, empezaremos con unos datos básicos sobre las caídas.
Así, un tercio de los mayores tienen caídas cada año, teniendo las mujeres y los que van avanzando en edad el mayor riesgo. Un buen modo de evitar las caídas es mantener una buena calidad de vida, ya que nuestro equilibrio tiene mucho que decir. Además, ser conocedores de los riesgos a nuestro alrededor y de las razones de nuestras caídas es también muy ventajoso. (CERANSKI & HAERTLEIN, 2002)

Muchos mayores expresan mucho miedo, lo que conlleva encerrarse en casa y que su estado de salud empeore. Eso no hace más que aumentar el riego a caer, algo que termina siendo como una bola de nieve que va en aumento. (CERANSKI & HAERTLEIN, 2002)

Programas de Prevención de Caídas: convirtiendo una idea en realidad

A base de repetirnos hasta la saciedad, ya sabréis que el 25-33% de los mayores de 64 se cae, y la mitad de los mayores de 80 años (DUASO, CASAS, et al. 2011). En consecuencia, un 5-10% suele tener lesiones graves y un 7.5% de los que van al hospital es por las caídas.

Ante esta tesitura, es normal querer hacerle frente a esta situación, y una de las opciones es poner en marcha un programa de prevención de caídas.
De todos modos, no es nada fácil emprender una aventura de este calibre de cero, pero en esta entrada os daremos unos cuantos consejos, recogidos, sobre todo, de la red ProFaNe, y en especial, de la doctora Dawn Skelton.

¿En realidad, para qué sirve un servicio inmejorable de prevención de caídas si nadie acude a él (Skelton, 2011a)?
Puede haber diversas razones para las clases vacías o las negativas a acudir, como por ejemplo, miedo a caerse, negarse a hacer ejercicio, la falta de confianza en el ejercicio físico, mal transporte, no ver el riesgo de que te caigas, no estar en forma… Nosotros, por nuestra experiencia, sumaremos unos cuantos más: las continuas visitas que tienen que hacer al médico; los viajes de vacaciones y el IMSERSO; pereza; cuando el servicio es gratuito; falta de compromiso,…

El ejercicio físico: ni cualquier cosa, ni de cualquier manera

En esta breve entrada, os daremos un par de pinceladas para orientaros a la hora de diseñar nuestro programa de entrenamiento, utilizando dos artículos de Dawn Skelton para ello. 
  
 Como es normal, queremos mejorar nuestros programas, y de vez en cuando recibimos pistas al respecto. Por ejemplo, es recomendable que un programa dure al menos 3 días a la semana, durante 3 meses (Skelton, 2011a)
Si no es así, aún siendo mecanismos muy utilizados, el ciclismo y andar no mejoran el equilibrio por sí solos. Lo que hay que hacer para mejorar el equilibrio es repetir ejercicios regulares con un riesgo limitado.

La tristeza nos tira al suelo

Otros factores importantes que afectan a las caídas son la soledad y la depresión, exactamente la enfermedad más común entre la gente mayor. Por poner un ejemplo, en EEUU un porcentaje entre 20% y 40% puede tener depresión entre la gente mayor (Bulut, 2009), una oscilación percentil que se da por la tendencia del individuo a esconder la enfermedad.

La aparición de la depresión cambia según la edad del individuo que la sufre: hasta cumplir los 40 sube constantemente, luego sufre una bajada y por último, a los 80 años empieza a subir de forma vertiginosa.

La depresión sería la falta de interés en el ocio y pasárselo bien, junto a otros efectos como por ejemplo, falta de apetito, insomnio, bajada de energía, cansancio, psicomotricidad cambiante, perdida de la capacidad de concentrarse, aumentar la sensación de culpabilidad, perder la habilidad para pensar, tener pensamientos que inducen al suicidio etc.

Las causas, sin embargo, son casi infinitas. Por ejemplo, el fallecimiento de alguien cercano, debilitarse físicamente, bajada de motivación y objetivos, ir perdiendo independencia y el desorden genético (Bulut, 2009).

La dependencia y los cuidadores, los cuidadores y la dependencia

La Junta de Andalucía preparó cursos y materiales para los responsables del cuidado de personas mayores, entre ellos el texto que vamos a analizar a continuación. En nuestro programa disponemos de una gran cantidad de cuidadores, y creemos que les ha sido de gran valía esta información que vamos a compartir a continuación.

En general, se dice que los cuidadores no han recibido una formación y que ‘El cuidado debe comenzar en ti’. Si el cuidador no se cuida a sí mismo, eso puede crear cambios en la familia, en su entorno social, en el mundo laboral, en la salud y en los sentimientos (Junta de Andalucía, s.d.). Por tanto, no es poco.


Acerca de las fracturas de cadera

Cuando se publicaron los datos del coste total de las operaciones del rey de España, hubo un manifiesto malestar entre la sociedad, y como no, entre los participantes de nuestro programa.

Hemos mencionado muchas veces que romperse la cadera es muy peligroso, y que las caídas hay que evitarlos, ya que un 90% de las roturas son por las caídas (CDC, s.d.), sobre todo si caemos de lado. Aunque la cantidad de caderas rotas se ha reducido entre los mayores, pero la razón es desconocida.


Una cadera rota cuesta alrededor de 19000$ (CDC, s.d.), y no es de extrañar si observamos que una quinta parte muere en un año; que un cuarto pasa un año en el hospital, sin tener en cuenta que el periodo de hospitalización es de una semana sin tener en cuenta la rehabilitación; que solo un tercio recupera la actividad previa en un año y una larga lista de consecuencias.


Las mujeres tienen más probabilidades de romperse las caderas ya que tienen los huesos más débiles. Como la osteoporosis está relacionada con huesos débiles, los que padecen osteoporosis suelen romperse más la cadera.


Para evitar esos dos problemas no tenemos que ir muy lejos, las soluciones mencionadas hasta ahora son suficientes, es decir, el ejercicio físico, cuidarnos bien y la prevención de caídas.




Bibliografía


CENTER FOR DISEASE CONTROL – CDC. Hip Fractures Among Older Adults


[linean]. [Atlanta, AEB]: CDC. S.d. [Consulta: 23-05-2012] http://www.cdc.gov/HomeandRecreationalSafety/Falls/adulthipfx.html

La influencia de los medicamentos en las caídas

La relación que tienen los mayores con las medicinas es muy cambiante, y normalmente no es una relación buena. Además, muchas veces las caídas se meten por medio.
Esperemos entender esta situación mejor con la ayuda de esta entrada.

En un estudio (Castel et al.) se analizó un 78.5% de los medicamentos consumidos por la muestra de estudio, de los cuales se aconsejó cambiar 41. Sólo 19 de esos se reemplazaron, es decir, el 24.4%. Esto deja claro la necesidad de cambiar la relación médico-farmacéutico, ya que de las 31 relaciones solo respondieron 14 (el 45%) y sólo 10 hicieron algún cambio (un tercio). (Skelton, 2012c)
Esto quiero decir que mucha gente (mayor) toma medicamentos que no le conviene, y que los médicos tienen parte de responsabilidad en ello.

Por otro lado, podemos observar dos polos en la actitud hacia los medicamentos, por un lado tenemos los que se sobremedican y los que no toman lo recetado. Pues, éstos últimos tampoco tienen muchas razones para alegrarse, ya que tienen un promedio de caídas del 1.1 al año, frente al 0.7 de los que toman lo recetado. Sacad vuestras propias conclusiones (Skelton, 2012c).
La polifarmacia consiste en tomar más de 4 medicamentos y sin lugar a dudas crea sus daños, entre ellos, las caídas (Skelton, 2012b). Siendo esto así, diferentes estudios han concluido que observar los medicamentos y cuando sea posible, cambiarlos a mejor, reduce las caídas. Además, los medicamentos tienen más efecto que muchas enfermedades a la hora de provocar las caídas.
Un estudio realizado en Finlandia, siguiendo a los riesgos de los medicamentos, concluyó que la polifarmacia es un medidor de mortalidad entre la gente mayor de 75 años (Skelton, 2012b).


Las caídas y las necesidades especiales

No es lo mismo tener 65 años que 87; no es lo mismo tener osteoporosis que tener Parkinson; y no es lo mismo que tengan una discapacidad física o intelectual. Son factores todos ellos muy a tener en cuenta a la hora de diseñar y planificar una intervención para evitar caídas. Hoy hablaremos sobre las caídas en las personas mayores con limitaciones intelectuales.

A decir verdad, para los que tengan alguna discapacidad intelectual los datos no son muy positivos. El 40% se cae una vez al año, el 22% más de una vez al año y el 12% sufre algún dolor debido a la caída.

Sin embargo, hay una curiosidad en este aspecto. Debido a la epilepsia y a la poca continencia urinaria tienen más riesgo de caer, pero al andar diferente, por razones psicológicas y otro centro de gravedad de por medio, tienen menos posibilidades de hacerse daño; gracias también, en parte, a una obesidad menor.
Los que tienen el Síndrome de Down, son los que “mejor panorama” tienen, debido a que por sus características diferentes (mencionadas en el párrafo anterior, pero en diferente grado) se caen menos y sufren menos roturas.

Nuestra experiencia nos dice que trabajando con la gente mayor hay que estar muy atentos para que no se caigan, pero especialmente con aquellos con las ya mencionadas características, ya que al alejarse el cuidador o la cuidadora puede ser suficiente para que esa persona se caiga.

Bibliografía


SKELTON, D Falls and injuries in adults with intellectual disabilities [en línea]. Profane, 25 de Enero del 2011. [Kontsulta: 08-09-2012]. http://profane.co/2011/01/25/falls-and-injuries-in-adults-with-intellectual-disabilities/

Las Nuevas Tecnologías y las caídas



 En la entrada de hoy el tema va a ser un reto que atrae mucho a todo el mundo: la tecnología. ¿Cuántas puertas nos ha abierto la tecnología con miles de nuevos inventos creados a lo largo y ancho de todo el mundo? No podríamos escribir este blog sin ordenadores sin internet no podríamos leer las publicaciones que nuestros compañeros han escrito en su punta del globo y tampoco los podríamos resumir y publicar a continuación;…

Y por supuesto, hemos tenido infinidad de adelantos que han contribuido a mejorar nuestra vida diaria, ya que ha facilitado nuestro día a día y podemos decir que en cierto sentido, el mundo tiene menos riesgos hoy en día.
A raíz de esto, la evaluación de las caídas, el ejercicio físico y la domótica son los adelantos más reseñables en nuestra materia, en nuestra opinión. Otro día publicaremos un artículo de Manex Garaio sobre la domótica, pero por hoy, hablaremos sobre el ejercicio físico y la evaluación de las caídas.

Muchas veces se reparten muchos folletos y boletines sobre el peligro de las caídas a los que tienen riesgo de sufrirlas. Es una intervención muy efectiva y tiene que tener la evitación de primer grado como limite, pero no pensemos que sus efectos son inmediatos, ya que, lógicamente, reducen las caídas, pero no las roturas y las lesiones (Skelton, 2010).
A raíz de esto, debemos considerar los métodos tradicionales y aprovechar las múltiples ventajas que nos ofrece la tecnología, para poder seguir avanzando.

Las consecuencias de la edad

Estamos de acuerdo que cuanto más viejo somos nos caemos más (Skelton, 2011). En un estudio que hicieron Grundstrom y sus compañeros en 2008, en el cual participaron 125000 ancianos, se observó que el 20% de los mayores de 85 años se había caído en los últimos 3 meses. A eso hay sumarle un dato que ya sabíamos, es decir, que la mitad de los que están en ese grupo de edad ha caído en el último año (NHS, s.d.).
Aun así, hay mucha controversia en cuanto a las razones, algo totalmente comprensible ante la multitud de posibles causas. Sin embargo, podemos afirmar que más que la edad es el deterioro físico el que afecta junto con la escasez de horas de sueño de los hombres, los problemas de corazón, la subida del IMC, la ingesta de alcohol y usar diversas máquinas debido a sus problemas de salud.

Como tantas veces hemos mencionado, detrás de las caídas puede haber factores internos, por ejemplo, necesitar ayuda para andar, perder la movilidad, que el vértigo dañe nuestro equilibrio, tener mareos, que la vista o el oído estén mal, tomar muchos medicamentos, tener bajo nivel de consciencia, escasez cognitiva y haber sufrido caídas previamente. Los factores externos, sin embargo, tienen mucho que ver con las caídas y analizarlos debidamente es esencial para una respuesta adecuada (Cortes eta Coyoc, s.d.).
Otros factores de riesgo para las caídas son tanto el tabaquismo como el alcoholismo, la hipertensión arterial y la obesidad.

Siendo así, toda prevención debería valorar el riesgo de caída, llevar un registro, ofrecer material, ayuda y herramientas y colocar a la persona en espacio y en el tiempo.

A raíz de esto, los gastos que producen las caídas son dignos de tomarse en cuenta, ya que no son ninguna broma. (Cortes eta Coyoc, s.d.)

Pero no es lo mismo diseñar una intervención para las personas de una franja de edad determinada que para otra, como no es lo mismo programa entrenamientos de baloncesto y netball. 

Vayamos, entonces, a profundizar en este tema con la ayuda de un artículo sobre la materia.

Consecuencias económicas de las caídas

Los hombres tienen un 46% más de posibilidades de morir, aunque las mujeres caigan más y sufran más lesiones. Aunque se ha mencionado muchas veces, se pueden evitar las caídas, y eso se consigue entrenando el equilibrio y la fuerza de las piernas, inspeccionando las boticas, cuidando los ojos, procurando tener casas más seguras, mediante la ingesta de calcio y vitamina D, evitando la osteoporosis y protegiendo la cadera mediante ejercicio físico hecho con pesos. (CDC, s.d.)

Ahora recurriremos a un estudio realizado en los EEUU, en donde cada 17 segundos una persona mayor irá al hospital por una caída. Por desgracia, cada 30 minutos una persona morirá por la misma razón. (CDC, 2005)

Aparte de tener consecuencias físicas graves, estos datos preocupantes tambnién traen consigo unas pérdidas económicas muy sensibles. En esta entrada veremos la experiencia en New South Wales (Australia), Australia y EEUU.

En los EEUU, por ejemplo, en el año 2010 se necesitaron 28.2 billones de $ para los gastos creados por las caídas, pero en 2020 se estima que llegará a los 55 billones. Se necesitan una media de 9000-135000 $ para hacerle frente a los gastos (CDC, s.d.).

Para 2050 en Australia se necesitarán 2500 camas más (Moller, 2003) sólo para las caídas. Para evitar las perdidas económicas y las deudas creadas en las cuentas públicas por las caídas, los dirigentes de dicho país han calculado que las caídas deberían reducirse en un 66%. Reducir ese porcentaje parece imposible a corto plazo, pero es un objetivo que aspiramos a conseguir toda la gente que estamos metidos en este mundillo.

Miedo a caerse

En las charlas que organiza el programa autor de este blog, se nota el miedo a caerse. Aunque no se hayan caído transmiten el miedo y la preocupación de que eso ocurra mediante sus respuestas y opiniones. Es verdad que es lógico que tengan miedo, sobre todo si estudiamos las posibles consecuencias.

A raíz de esto, la salud, el historial y las características personales aumentarán o reducirán ese miedo (Parraga Martínez, 2010).

Siendo esto así, ciertas personas tendrán una preocupación mayor, debido a sus características. Estas personas, en general, son mayores de 75 años, sin alfabetar, toman muchos medicamentos, han tenido o tienen problemas de respiración, han tenido más caídas, tienen problemas locomotores etc.

Por desgracia, solo un 45% piensa que las caídas son evitables, y ese “determinismo” es agravado por su negativa a participar en actividades culturales, ya que según Parraga Martínez (2010) un 65% se aísla.

En la misma dirección se expresa otra investigación de la red ProFaNe, ya que dicen que si tenemos miedo a las caídas, y a eso hay que sumarle la falta de movilidad que tiene como conclusión, tan sólo conseguiremos empeorar nuestro paso entre los 60 y los 70 años (Skelton, 2010).

Como resultado de este miedo, caeríamos en las zarpas del ya aprendido ‘Síndrome de Kennedy’. Y es algo que no nos gustaría, ¿verdad?

Bibliografía


PARRAGA MARTINEZ, Ignacio et al. Miedo a las caídas en las personas mayores no institucionalizadas. Gac Sanit [online]. 2010, vol.24, n.6 [citado  2014-03-17], pp. 453-459 . Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112010000600004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111.

SKELTON, D Fear of falling and activity restriction predicts poor gait performance in 60-70 year-olds [en línea]. Profane, 23 de Julio del 2010. [Consulta: 08-09-2012]. http://profane.co/2010/07/23/fear-of-falling-and-activity-restriction-predicts-poor-gait-performance-in-60-70-year-olds/

La lección más importante: el Síndrome de Kennedy

Leer atentamente esta entrada de hoy, trataremos la consecuencia más grave que trae el haber sufrido una caída: “Síndrome de Kennedy” o “Síndrome postcaída”. Antes de todo, como siempre, ¡un poco de etimología!

A modo de introducción:
"Aproximadamente la mitad de los que se caen, caen múltiples veces durante el año (Alfaro, 2008)".
Además, como ya sabréis, los institucionalizados sufren más caídas que los que no lo están, siendo la frecuencia media de 1,5 caídas por cama cada año.
El 25% de los mayores que han sufrido una caída reconocen haber restringido su movilidad y tener dificultades para mantener la independencia en las ABVD.
No es posible explicar este fenómeno de las caídas, y por lo tanto, tampoco el fenómeno de este síndrome, sólo por las lesiones físicas. (Alfaro, 2008)
Si quisiéramos explicar el síndrome descubierto por Murphy e Isaacs en 1982, lo definiríamos así:
“Cambio de comportamiento y de actitud del mayor que ha sufrido una caída.”


Entre sus características destacan la restricción de la movilidad y el miedo a volver a caerse. También genera pérdida de confianza en sí mismo y aislamiento social. (Alfaro, 2008)




(AUSTRALIAN GOVERNMENT, 2005)

¿De dónde viene este síndrome?


¿Qué es primero? ¿Miedo a caer o la caída? Sea cual sea la respuesta, está claro que hay un relación clara entre los dos factores: Caída - Miedo a caerse (Alfaro, 2008)







Las caídas, un tema muy amplio (I): datos generales

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Muchas son las veces que hemos oído hablar de las caídas en la tercera edad y, por esa razón, cada día más gente se pregunta si: ¿Tanto qué decir puede tener este tema como para crear potentes programas y planes de prevención de las mismas?.
Por lo visto, si, porque si no, no tendría sentido darle tanta importancia al tema. Para esta entrada, hemos utilizado una extensa cantidad de artículos sobre las caídas, aun no siendo, ni de lejos, ni la mitad de la información que podemos conseguir.

A ver si, a medida que nos sumergimos en el tema de las caídas, poco a poco nos vamos involucrando más en él.

Para empezar, vamos a empezar con unos datos sobre estos tan habituales accidentes, para ir entendiendo un poco más la situación que nos encontramos en la realidad.

Por ejemplo, sabías que las muertes que ocurren debido a una caída, son la principal causa de muerte accidental en la población mayor de 65 años, siendo el mencionado grupo de edad el 75% de la población total que muere por esa causa?. (SAGG, 2004)