La
energía de la población mayor que 70 años se
reduce en un 30% (Burgués, s.d.), al igual que la talla y el
peso. Además, su concentración de calcio puede bajar
hasta un 40%, incrementando las opciones de que los huesos se rompan
o se deformen. Aparte de eso, la grasa se acumula en perjuicio del
músculo y por tanto se pierde fuerza y flexibilidad, mientras
las posibilidades de caídas aumentan.
Con la edad
también se reduce la capacidad de digestión y también
el placer y los sentimientos suscitados por la ingestión de
alimentos.
Entre la
gente de edad aparecen diversas enfermedades relacionadas con la
alimentación, por ejemplo, la obesidad (tanto el androide, con
forma de manzana como el ginoide, con forma de pera), la diabetes,
hipertensión arterial, hipercolesterolemia, peso insuficiente
y alteración de los intestinos.
La salud
tiene una estrecha relación con reducir las discapacidades,
por lo tanto, la vejez saludable tiene una importancia capital
(Álvarez,
Burgos y Planas, 2011). El
envejecimiento saludable tiene en sí misma diferentes aspectos
y objetivos, pero vayamos a la alimentación, el tema que nos
ocupa hoy.
La
digestión y la alimentación empeoran, y tras eso se
encuentran diferentes razones. Por ejemplo, la cultura, la influencia
de diversas organizaciones mediante las leyes en los trabajadores y
en los expertos, las escasas guías prácticas etc.
También podemos encontrar razones personales, como por
ejemplo, la bajada de la mucosa intestinal y por tanto, la
incapacidad para absorber eficientemente, la dentadura inapropiada,
la xerostomia (sequedad de la boca), la anorexia plurifactorial,
situación socioeconómica pobre y la perdida cognitiva.
Por si
fuera poco, la desnutrición hace mucho daño, por
nombrar alguno, la bajada del sistema inmune, la bajada de los
músculos y la fuerza, la aparición de enfermedades
destructivas crónicas, bajada de la masa cardíaca,
aparición de cáncer, aumento de las ulceras y un largo
etc.
En la misma
línea de antes, los cambios físicos que ocurren en la
vejez tienen efecto en las comidas diarias (UNED,
s.d.). Esos cambios vienen
junto con la decadencia física, ya que, el trabajo de los
riñones re reduce, se cambia la composición del cuerpo,
los huesos disminuyen y también la concentración de
agua. Por si fuera poco, la bajada de los sentidos ocurre, en
concreto el del hambre y la sed. Además, la decadencia de la
dentadura y la dificultad para absorber en los intestinos no ayuda.
Podemos
observar otros cambios entre la gente mayor, sin lugar a dudas con
una gran importancia en la alimentación y las costumbres: los
cambios mybólicos (la glucosa no se puede mover, menos
energía…), la capacidad cardiovascular se reduce, los
músculos también, el funcionamiento de la neuronas va a
peor, el sistema inmunológico no funciona tan bien y los
mecanismos psicosociales tienen carencias.
Por eso,
necesitamos los nutrientes más que nunca. Siendo esto así,
para conseguir energía deberíamos consumir entre 1800 y
2300 Kcal. al día, al igual que gran cantidad de carbohidratos
y proteínas; los ácidos grasos monosaturados (aceite de
oliva y vegyl) deberían ser el 30% de nuestros alimentos;
entre los minerales deberíamos tomar Calcio, Hierro, Fósforo,
Zinc, Sodio, Magnesio, Potasio (para la hipertensión) y
Selenio; entre las vitaminas deberíamos consumir las vitaminas
A, B, C y D, deberíamos beber mucho agua y para que el cuerpo
vaya bien también fibra acompañada de agua.
Para
hacerle frente a esta necesidad es necesaria una diy bien organizada.
Sus características serían éstas: fácil,
atractiva, 4 o 5 comidas diarias (la última de ellas muy
ligera), tomar líquidos, reducir el café y otros
estimulantes, al igual que los licores y derivados, convertir las
comidas en una actividad social y mantener las costumbres y las
aficiones.
Bibliografía
Álvarez, J; Burgos, R y Planas M. Consenso multidisciplinar sobre el abordaje a la desnutrición alimentaria hospitalaria. [Barcelona]: Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE), 2011. [Consulta: 12-05-2012].http://www.senpe.com/IMS/publicaciones/consenso/SENPE_Consenso_Multidisciplinar_Abordaje_Desnutricion_ESP.pdf
BURGUÉS, A. L’alimentació en la gent gran [en línea]: Materials didàctics del Pla director de formació. [Barcelona]: Col·lecció eines 5, Generalitat de Catalunya Departament d’Acció Social i Ciutadania. (s.d.) [Consulta: 12-05-2012].
http://www20.gencat.cat/docs/dasc/01Departament/08Publicacions/Coleccions/Eines/Num_5/Alimentaci%C3%B3%20gg%20EINES%205.pdf
UNED. Alimentación durante la tercera edad [en línea]. [Madrid]: UNED, Guía de Alimentación y Salud, s.d.. [Consulta: 12-05-2012].
http://www.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/ypas/tercera_edad/index.htm
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