jueves, 15 de mayo de 2014

La vejez y la alimentación: siempre peleándose

La energía de la población mayor que 70 años se reduce en un 30% (Burgués, s.d.), al igual que la talla y el peso. Además, su concentración de calcio puede bajar hasta un 40%, incrementando las opciones de que los huesos se rompan o se deformen. Aparte de eso, la grasa se acumula en perjuicio del músculo y por tanto se pierde fuerza y flexibilidad, mientras las posibilidades de caídas aumentan.
Con la edad también se reduce la capacidad de digestión y también el placer y los sentimientos suscitados por la ingestión de alimentos.

Entre la gente de edad aparecen diversas enfermedades relacionadas con la alimentación, por ejemplo, la obesidad (tanto el androide, con forma de manzana como el ginoide, con forma de pera), la diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, peso insuficiente y alteración de los intestinos.
La salud tiene una estrecha relación con reducir las discapacidades, por lo tanto, la vejez saludable tiene una importancia capital (Álvarez, Burgos y Planas, 2011). El envejecimiento saludable tiene en sí misma diferentes aspectos y objetivos, pero vayamos a la alimentación, el tema que nos ocupa hoy.


La digestión y la alimentación empeoran, y tras eso se encuentran diferentes razones. Por ejemplo, la cultura, la influencia de diversas organizaciones mediante las leyes en los trabajadores y en los expertos, las escasas guías prácticas etc. También podemos encontrar razones personales, como por ejemplo, la bajada de la mucosa intestinal y por tanto, la incapacidad para absorber eficientemente, la dentadura inapropiada, la xerostomia (sequedad de la boca), la anorexia plurifactorial, situación socioeconómica pobre y la perdida cognitiva.

Por si fuera poco, la desnutrición hace mucho daño, por nombrar alguno, la bajada del sistema inmune, la bajada de los músculos y la fuerza, la aparición de enfermedades destructivas crónicas, bajada de la masa cardíaca, aparición de cáncer, aumento de las ulceras y un largo etc.
En la misma línea de antes, los cambios físicos que ocurren en la vejez tienen efecto en las comidas diarias (UNED, s.d.). Esos cambios vienen junto con la decadencia física, ya que, el trabajo de los riñones re reduce, se cambia la composición del cuerpo, los huesos disminuyen y también la concentración de agua. Por si fuera poco, la bajada de los sentidos ocurre, en concreto el del hambre y la sed. Además, la decadencia de la dentadura y la dificultad para absorber en los intestinos no ayuda.

Podemos observar otros cambios entre la gente mayor, sin lugar a dudas con una gran importancia en la alimentación y las costumbres: los cambios mybólicos (la glucosa no se puede mover, menos energía…), la capacidad cardiovascular se reduce, los músculos también, el funcionamiento de la neuronas va a peor, el sistema inmunológico no funciona tan bien y los mecanismos psicosociales tienen carencias.

Por eso, necesitamos los nutrientes más que nunca. Siendo esto así, para conseguir energía deberíamos consumir entre 1800 y 2300 Kcal. al día, al igual que gran cantidad de carbohidratos y proteínas; los ácidos grasos monosaturados (aceite de oliva y vegyl) deberían ser el 30% de nuestros alimentos; entre los minerales deberíamos tomar Calcio, Hierro, Fósforo, Zinc, Sodio, Magnesio, Potasio (para la hipertensión) y Selenio; entre las vitaminas deberíamos consumir las vitaminas A, B, C y D, deberíamos beber mucho agua y para que el cuerpo vaya bien también fibra acompañada de agua.

Para hacerle frente a esta necesidad es necesaria una diy bien organizada. Sus características serían éstas: fácil, atractiva, 4 o 5 comidas diarias (la última de ellas muy ligera), tomar líquidos, reducir el café y otros estimulantes, al igual que los licores y derivados, convertir las comidas en una actividad social y mantener las costumbres y las aficiones.


Bibliografía

Álvarez, J; Burgos, R y Planas M. Consenso multidisciplinar sobre el abordaje a la desnutrición alimentaria hospitalaria. [Barcelona]: Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE), 2011. [Consulta: 12-05-2012].
http://www.senpe.com/IMS/publicaciones/consenso/SENPE_Consenso_Multidisciplinar_Abordaje_Desnutricion_ESP.pdf


BURGUÉS, A. L’alimentació en la gent gran [en línea]: Materials didàctics del Pla director de formació. [Barcelona]: Col·lecció eines 5, Generalitat de Catalunya Departament d’Acció Social i Ciutadania. (s.d.) [Consulta: 12-05-2012].
http://www20.gencat.cat/docs/dasc/01Departament/08Publicacions/Coleccions/Eines/Num_5/Alimentaci%C3%B3%20gg%20EINES%205.pdf

 
UNED. Alimentación durante la tercera edad [en línea]. [Madrid]: UNED, Guía de Alimentación y Salud, s.d.. [Consulta: 12-05-2012].
http://www.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/ypas/tercera_edad/index.htm

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