En
las charlas que organiza el programa autor de este blog, se nota el
miedo a caerse. Aunque no se hayan caído transmiten el miedo y
la preocupación de que eso ocurra mediante sus respuestas y
opiniones. Es verdad que es lógico que tengan miedo, sobre
todo si estudiamos las posibles consecuencias.
A
raíz de esto, la salud, el historial y las características
personales aumentarán o reducirán ese miedo (Parraga
Martínez, 2010).
Siendo
esto así, ciertas personas tendrán una preocupación
mayor, debido a sus características. Estas personas, en
general, son mayores de 75 años, sin alfabetar, toman muchos
medicamentos, han tenido o tienen problemas de respiración,
han tenido más caídas, tienen problemas locomotores
etc.
Por
desgracia, solo un 45% piensa que las caídas son evitables, y
ese “determinismo” es agravado por su negativa a participar en
actividades culturales, ya que según Parraga Martínez
(2010) un 65% se aísla.
En
la misma dirección se expresa otra investigación de la
red ProFaNe, ya que dicen que si tenemos miedo a las caídas, y
a eso hay que sumarle la falta de movilidad que tiene como
conclusión, tan sólo conseguiremos empeorar nuestro
paso entre los 60 y los 70 años (Skelton,
2010).
Como
resultado de este miedo, caeríamos en las zarpas del ya
aprendido ‘Síndrome de Kennedy’. Y es algo que no nos
gustaría, ¿verdad?
Bibliografía
PARRAGA
MARTINEZ, Ignacio et al. Miedo a las caídas en las personas
mayores no institucionalizadas. Gac Sanit [online]. 2010,
vol.24, n.6 [citado 2014-03-17], pp. 453-459 . Disponible en:
<http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112010000600004&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0213-9111.
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