La
Valoración Geriátrica Integral (VGI) se utiliza para
hacer un diagnóstico de la salud, el funcionamiento físico
y de los problemas que tienen un origen psicosocial del anciano y de
su cuidador, mediante un proceso entre diversas dimensiones y
disciplinas, los cuales sirven también para llevar a cabo un
plan estratégico (Abizanda eta Romero, 2006).
Disponemos
de diversas escalas para determinar la situación del anciano,
pero es difícil decantarse por una. Aun así, una buena
escala debería analizar estas características y
habilidades: prensión, levantar objetos pesados, llegar arriba
con las extremidades superiores, subir y bajar las escaleras,
levantarse desde una posición en la que el individuo está
sentado y agacharse y andar.
Las
escalas que más se acercarían a nuestro objetivo serían
las siguientes: el Senior Fitness Test, el Short Physical Performance
Battery y el Physical Disability Index, pero al igual que otras
tantas, estos tests tienen dos carencias importantes (Abizanda
eta Romero, 2006): como realizar el test con gente
discapacitada y no saber donde está el limite de exigencia en
cada prueba.
Debido
a los problemas y/o las carencias de los tests existentes hoy en día,
se necesitan
nuevos tests con unas características determinadas. Esas características serían las siguientes: determinar de forma exacta el limite de cada uno y el ejercicio físico, medir la capacidad de cada anciano para realizar tareas de su día a día, medir la fragilidad para poder tomar medidas al respecto, determinar el limite entre la vejez fisiológica, la perdida cognitiva y la demencia, poder medir los cambios creados por las enfermedades y por último, ofrecer un camino lógico para ofrecer recursos (Abizanda eta Romero, 2006).
nuevos tests con unas características determinadas. Esas características serían las siguientes: determinar de forma exacta el limite de cada uno y el ejercicio físico, medir la capacidad de cada anciano para realizar tareas de su día a día, medir la fragilidad para poder tomar medidas al respecto, determinar el limite entre la vejez fisiológica, la perdida cognitiva y la demencia, poder medir los cambios creados por las enfermedades y por último, ofrecer un camino lógico para ofrecer recursos (Abizanda eta Romero, 2006).
Para
eso, es necesario crear o adaptar tests, como en el caso del
Functional Independence Measure.
La
Valoración Funcional de los Ancianos determina las intenciones
de la sanidad pública, pero además, sirve para medir
con más exactitud el estado de una persona. Habrá que
tener en cuenta la capacidad funcional de cada persona y olvidarnos
de tantos exámenes de alto rendimiento, ¿no os parece?
Bibliografía
ABIZANDA,
Pedro; ROMERO, Luis. "
¿
Innovación
en valoración funcional?".
Elsevier
[en
línea]. Noviembre del 2006. volumen 41. [Consulta: 23 de Mayo
del 2012]
http://zl.elsevier.es/es/revista/revista-espanola-geriatria-gerontologia-124/innovacion-valoracion-funcional-13096075-revisiones-2006
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