Nuestra compañera Irati ha
encontrado un trabajo interesante sobre la propiocepción y nos ha parecido
conveniente compartirlo aquí, ya que entendemos que es interesante trabajar el
ejercicio físico (y la prevención de caídas) desde esta óptica novedosa.
A modo de introducción,
diremos que en 1906 Sherrington describió por primera vez la PROPIOCEPCION como
la información sensorial que contribuye al sentido de la
posición propia y del movimiento. Con el tiempo el
término ha evolucionado y la actualidad se conoce como la conciencia de
posición y movimiento articular, velocidad y detección de la fuerza de
movimiento. Consta de tres componentes (Saavedra, Lephart):
a. Estatestecia: provisión de
conciencia de posición articular estática.
b. Cenestesia: conciencia de
movimiento y aceleración.
c. Actividades efectoras:
Respuesta refleja y regulación del tono muscular
La propiocepción mantiene la
estabilidad articular bajo condiciones dinámicas, proporcionado el control del
movimiento deseado y la estabilidad articular. La propiocepción depende de
estímulos sensoriales provenientes de los sistemas visual, auditivo y
vestibular, de los receptores cutáneos, articulares y musculares, que son responsables
de traducir eventos mecánicos ocurridos en los tejidos en señales neurológicas.
(Saavedra, Lephart).
El Colegio Americano de
Medicina Deportiva recomienda que se haga una prescripción de ejercicios
propioceptivos tanto dinámicos como estáticos. Los primeros ejercicios
comprenden una amplia base de postura y progresivamente se va aumentado la
complejidad, disminuyendo la base de postura y una sola pierna durante 30 o más
segundos con los ojos cerrados. Estos últimos generalmente consisten en
ejercicios de caminar con diversas bases de apoyo, comenzando con paso normal y
progresivo y poco a poco reduciendo la base de sustentación para andar.
Varias opciones de
entrenamiento están disponibles para potenciar las respuestas neuromusculares
protectivas en las extremidades inferiores, manteniendo la estabilidad dinámica
durante las actividades físicas y deportivas. Técnicas de balance y
entrenamiento de agilidad, tales como “shuttle runs, cut and spin drills,
cariocas, deslizamiento lateral y tablas de balance, pueden proveer al
individuo mejoramiento en el control neuromuscular (Childs).
Otras opciones de
entrenamiento para mejorar el control neuromuscular de las extremidades
inferiores, involucra superficies inestables tales como la tabla rodante y la
tabla inestable.
Sin querer incidir mucho en
la teoría, os invitamos a que le echéis un vistazo al programa de ejercicios
propioceptivos que hay a partir de la página 21 (pregúntanos por el documento). ¡Todo sea por mejorar nuestro
físico!