viernes, 18 de noviembre de 2016

Dieta, ejercicio físico y entrenamiento cognitivo, principales “armas” para combatir el Alzheimer

Título sugerente para un estudio que demuestra los beneficios para la salud, que nos proporciona un trabajo multimodal, esto es, que busca un objetivo mediante un trabajo multidisciplinar. En este caso, combinando estas tres disciplinas: nutrición, ejercicio físico y entrenamiento cognitivo. Este artículo proponen seguir una dieta saludable, realizar ejercicio físico y entrenamiento cognitivo mientras se monitoriza periódicamente del riesgo vascular, y dice que son las principales “armas” para combatir el riesgo de padecer Alzheimer, tal y como se pone de manifiesto la revista científica The Lancet en un artículo que expone los resultados del estudio FINGER (Finnish Geriatric Intervention Study to Prevent Cognitive Impairment and Disability).

Como apunta el doctor Iñaki Artaza, especialista en Geriatría, director Asistencial de Igurco Servicios Sociosanitarios de Grupo IMQ y presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología-Zahartzaroa, “la evidencia científica empieza a mostrar con datos los beneficios de lo que los geriatras y gerontólogos y otras instancias denominamos como un envejecimiento saludable”.

Sobre el estudio destaca que “se trata de un estudio internacional, aleatorizado, de dos años de duración y en el que han participado 2.654 personas entre los 60 y los 77 años, que presentaban criterios de riesgo cardiovascular, envejecimiento y demencia. La población total se dividió en un grupo de control y otro al que se le aplicó una intervención multimodal durante dos años, basada en el seguimiento de una dieta, la realización de ejercicio físico, entrenamiento cognitivo y monitorización periódica del riesgo vascular… justo lo que se entiende por un envejecimiento saludable. El resultado fue que los mayores que siguieron estas pautas mejoraron o mantuvieron su funcionamiento cognitivo. De este modo, los geriatras vemos ratificado en estudios de investigación, las recomendaciones preventivas que damos en nuestras consultas desde hace años”.


En cuanto a la dieta, este estudio propone un reparto de los macronutrientes en un 10-20% de proteínas; 25-35% de grasas (10% saturadas); 45-55% de hidratos de carbono y 25-35 gramos de fibra al día. Además, como señala el doctor Artaza “la dieta también incluyó de manera muy moderada a la sal, menos de 5 gramos al día y, si se deseaba, un consumo muy reducido de alcohol”.



Por otro lado, para este estudio se propusieron tres tipos de ejercicios físicos. Por un lado ejercicios enfocados al aumento de la masa muscular global, haciendo mayor hincapié en el tren inferior. Por otro lado ejercicios destinados a la mejora de la resistencia, para la cual prescribieron ejercicios aeróbicos de dos a cinco días por semana. Y como tercer ejercicio, se centraron en el trabajo y mejora del equilibrio, muy útil para la prevención de caídas y mejor control de nuestro cuerpo.



Respecto al entrenamiento cognitivo, fueron sesiones guiadas llevadas acabo por psicólogos, en las cuales se realizaban ejercicios tanto de memoria como de razonamiento, tres veces por semana en la que contaban con un ordenador con un programa diseñado específicamente para este tipo de trabajo cognitivo. “También se incluyó en el programa la estimulación de las relaciones sociales del mayor, mediante su participación en grupos de intervención”.



Finalmente, “profesionales de enfermería se encargaron de realizar un seguimiento periódico de los factores de riesgo vascular, evaluando parámetros como la presión arterial, el peso, el índice de masa corporal y parámetros antropométricos. Por su parte, desde las consultas médicas se prescribieron recomendaciones de vida saludable, a la vez que se mantuvieron exámenes físicos periódicos”.


Tras la recogida de los datos y analisis de los mismo, y a modo de resumen, los resultados de este estudio sugieren que una intervención multimodal, esto es, tanto a nivel nutricional, de ejercicio físico como de trabajo cognitivo, puede mantener o incluso mejorar el funcionamiento cognitivo de las personas mayores con factores de riesgo dentro de nuestra población.

Enlace directo:
http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(15)60461-5/fulltext

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