lunes, 25 de abril de 2016

No hay límite de edad para practicar ejercicio físico


Si queremos prevenir, y estamos hablando de prevenir cualquier cosa relacionada con nuestra salud, la actividad física es una condición indispensable para ello. En este aspecto, la II Asamblea Mundial del Envejecimiento (Madrid- 2002) concluyó que “es necesario brindar a las personas de edad el mismo acceso a la atención preventiva y curativa y a rehabilitación de que gozan otros grupos” (art 60) al mismo tiempo que reiteró la necesidad de “concentrar actividades de promoción de salud, de educación sanitaria, políticas de prevención, campañas de información…  y arrinconar dieta poco saludable, inactividad física, hábito de fumar… formas de comportamiento perniciosas…” (art 67e).

Lógicamente, una buena cantidad de ejercicio físico está inversamente relacionado con las consecuencias negativas de lo que denominamos vejez. Es por ello que la inactividad física es  un importante factor de riesgo para una larga lista de enfermedades, como podrían ser las cardiovasculares, diabetes, depresión, demencia, etc.
Tal y como decimos en nuestras charlas y a nuestros alumnos, “nunca se es demasiado tarde para hacer ejercicio” y el único limite que nos debemos imponer nos lo dicta el sentido común. Hacer ejercicio físico no trae más que beneficios.

Pero parece que estas virtudes no son excesivo aliciente para las personas mayores del Estado, ya que “solo un 18% de la población entre 65 y 75 años mantiene de manera regular alguna actividad y menos aún, el 15%, entre los 75 y 85 años.”. Es verdad que las mujeres son más activas, pero es la obligación que la sociedad heteropatriarcal les ha asignado con los cuidados lo que ha hecho que se muevan más.


Se ve que hay que movernos mucho, todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario