miércoles, 26 de noviembre de 2014

Actividades para DICIEMBRE

¡Continuamos con nuestro propósito! ¡NO NOS VAMOS A CAER!

Por ello y para ello, hemos programado el mes de diciembre con más ciclos de charlas por los diferentes barrios de Vitoria-Gasteiz.

Aparte, por suepuesto, de nuestros SIETE grupos de la PREVENCIÓN SECUNDARIA donde realizamos ejercicio físico dos días a la semana, nos esperan tanto en Zaramaga como en Beato Tomás de Zumarraga para aprender todo lo referido a las caídas.

En este mes, estaremos en Zaramaga, en la Parroquia de Amigos de San Francisco de Asis los días 27 de noviembre, 4 y 11 de diciembre (Jueves) a las 16:30. Y en Beato Tomás de Zumarraga, en el centro de atención diurna, estaremos los días 17 y 18 de diciembre (Miércoles y Jueves) a las 17:30.


VER PARA NO CAER (II)


Como bien hemos conocido en la entrada anterior, la vista es un sentido muy importante a la hora de relacionarse, y sobre todo, a la hora de caer o no caer. Debido a eso, tenemos que tratar de cuidar nuestros ojos al máximo, lo que nos ayudará a mantener nuestra visión en el mejor estado durante más tiempo.

Al igual que el resto de nuestro cuerpo, son los músculos los encargados de proporcionar fuerza y movimiento a nuestros ojos.


Por lo tanto, es importante trabajar los músculos oculares para la prevención de diversas complicaciones, tales como: presbicia, cataratas, cansancio de la vista, vista borrosa, picor, ojos rojos… originados por el sobreesfuerzo.

Esto se consigue principalmente con la realización de múltiples ejercicios dirigidos a la relajación de los músculos oculares. Aquí van unos cuantos:


Empezaríamos por un ligero masaje para calentar la zona ocular de la siguiente manera.

Calentamiento. Siéntate en una silla. Frota tus manos hasta que sientas calor en las palmas. Cierra los ojos y cúbrelos con las palmas de las manos. No debes presionar los ojos. Cubre tus ojos con las palmas de las manos de forma que quede la nariz libre para respirar (evidente, ¿no?). Procura que no entre luz entre los dedos. Imagina una oscuridad profunda y enfoca esa oscuridad. Respira lenta y profundamente. Mantente enfocado en esa oscuridad durante unos 3 minutos.



Una vez concentrados y con los ojos preparados para trabajar realizaremos los siguientes ejercicios:


Movimiento ocular. Mueve los ojos de izquierda a derecha (puedes sujetarte la cabeza para moverse solo los ojos). Ahora mueve arriba y abajo. Repeticiones de 10 veces cada ejercicio. Después mueve los ojos haciendo círculos. En dirección a las agujas del reloj y luego al contrario.


Mira a una pared enfrente de ti y simula que estás escribiendo con tus ojos, sin mover la cabeza. Cuanto más grandes hagas las letras mejor.


Adaptación. Observa durante 1 minuto una zona. (Intenta observar todo lo que hay en esa zona, lo más amplio posible) Pasado un minuto cambia de zona. Repite este proceso durante 10 veces.

Ahora observa un objeto o punto concreto durante 1 minuto. (Fíjate solo en ese punto, no en lo de alrededor) Pasado un minuto cambia de objeto o punto concreto. Repite este proceso 10 veces.

Después apaga la luz durante 1 minuto aproximadamente. Vuélvela a encender durante otro minuto aproximadamente. Realiza este proceso 10  veces.

Otro ejercicio sería con una revista o un libro en la mano, iniciar la lectura manteniéndolo lo más cerca posible de los ojos, empezar a alejarlo lentamente hasta tener el brazo estirado, volver a aproximar la página sin interrumpir la lectura, y así hasta 20 veces consecutivas.

Enfoca un objeto distante durante algunos segundos y luego, lentamente, reenfoca tu vista a un objeto cercano que esté aproximadamente en la misma línea o dirección. Mantén el enfoque en el objeto cercano unos cuantos segundos y vuelve a enfocar el objeto lejano. Repite hasta 20 veces.

Guiño. Cerrar un ojo y luego el otro. Cuando cierres aprieta lo máximo posible la musculatura del ojo y al abrir,  relaja. Repítelo al menos 10 veces.

Parpadeo. Cierra y abre los ojos. Ciérralos fuertemente y ábrelos lo más posible. Realiza este ejercicio durante 10 veces.

Por último, tras realizar estos ejercicios oculares es conveniente relajar toda la zona con unos simples movimientos y masajes de manera suave y relajada:

Relajación. Rotación del cuello. Los movimientos rotativos del cuello constituyen una buena relajación, ya que a menudo ése es un punto en el que se acumula tensión y queda agarrotado. También un breve masaje en la nuca hace un efecto similar.

Un buen masaje para la zona de los ojos consiste en, apretando ligeramente con los dedos o los nudillos en movimiento circular, masajear los laterales del nacimiento de la nariz; encima de la ceja, en la parte central; y por debajo de los extremos exteriores de las cejas, las sienes y la parte superior de los pómulos. La acupresura afloja la tensión de la musculatura, y es una buena práctica para relajar los ojos durante largos períodos de lectura o esfuerzo ocular.)

*RECOMENDACIONES:
-
Agua fría. Es recomendable lavar los ojos con agua fría varias veces al día. Así se estimula la circulación sanguínea de los ojos.
- Los ejercicios de relajación es aconsejable realizarlos al principio y al final de cada sesión.
- En el caso de sentir alguna molestia, dolor o mareo durante la práctica de los ejercicios, se debe dejar de realizarlos y descansar.


lunes, 24 de noviembre de 2014

VER Y OIR PARA NO CAER


Los problemas de visión y audición son de vital importancia en la vida de las personas mayores, tanto en relación con las caídas como en lo social, porque condicionan en gran medida la correcta relación con el entorno y con los demás.

En este apartado veremos las patologías más frecuentes que sufren las personas mayores en relación con dos de los sentidos más importantes, la visión y la audición.

La vista:

 Las guías de recomendaciones de la salud en las personas mayores recomiendan que al menos una vez al año las personas mayores se sometan a una revisión ocular para detectar precozmente cualquier riesgo o caso de ceguera.

Los problemas más frecuentes son:

  • Presbicia (vista cansada). Casi inevitable debido al envejecimiento del ojo y pérdida de elasticidad del cristalino.

  • Cataratas. El cristalino va perdiendo transparencia progresivamente. En su estado precoz, se pueden manifestar síntomas como sensación de deslumbramiento, menor sensibilidad en contrastes, dificultad para ver el relieve.
En caso de sentir o creer que han sentido cualquiera de estos síntomas, acudir a su médico. El tratamiento a seguir en estos casos es quirúrgico.


  • Glaucoma. Es un aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso. Ello produce lesiones en el nervio óptico. En caso de no corregirse a tiempo, puede producir ceguera. Se presenta como visión de moscas volantes o centelleantes, pérdida de la visión lateral o periférica, dolor en ojos, visión borrosa…
         Se aconseja comprobar la presión ocular cada 1 o 2 años ya que puede convertirse en irreversible. El tratamiento generalmente, es tratamiento médico.

El oído:

Cerca de un 25% de entre 65 y 75 años, y cerca de un 50% entre los de más de 75 sufren presbiacusia, una disminución auditiva lo suficientemente importante como para inferir con su actividad social, debido al propio proceso de envejecimiento del oído. Si no se le pone remedio con rapidez, puede convertirse en un obstáculo aislante con respecto a lo social.

Se recomienda acudir al médico especialista para cualquier síntoma de pérdida de audición (el otorrinolaringólogo), para un estudio y valoración del problema. Así, conociendo la causa, así será el tratamiento. Nunca debemos de resignarnos ni negarlos a combatirlo por vergüenza ni complejos… pues cuanto más tardemos en ponerle remedio, más tiempo habremos perdido disfrutando de nuestro entorno.
Una vez que hemos ido concienciándonos de todo esto,  es cuando tenemos que empezar a reflexionar. Hemos conocido las patologías más comunes que se dan en cuanto a la vista y el oído. Y hemos entendido que hay que acudir al médico lo antes posible para tratar de ponerle freno a ese deterioro precozmente. Pero aún así, no hay que ser utópico y tenemos que darnos cuenta de que por mínimo que sea siempre habrá un deterioro: veremos menos y oiremos menos.

Por eso, es muy importante coger costumbres beneficiosas para nuestra seguridad, costumbres que nos puedan a ayudar a evitar riesgos. Hablamos de una costumbre que siempre nos la intentan recordar, en la conducción, en la práctica de cualquier ejercicio, en la vida cotidiana… hay que tratar de tener todos nuestros sentidos alerta en todo momento. Y, más en nuestro caso, tener alerta la visión y el oído.

Es muy importante, a medida que avanzamos en edad, perdamos facultades o no, fijarse bien por dónde vamos, dónde pisamos, qué obstáculos tengo delante… antes de avanzar.

Sólo con estar atentos reduciremos nuestro riesgo de caída en gran medida.

lunes, 17 de noviembre de 2014

¡Hasta el respirar, se puede mejorar!


La respiración es un proceso que pueden llevar a cabo únicamente los seres vivos, los cuales necesitan oxígeno para vivir. Por ello, la respiración se comprende como una función vital.

A través de la respiración, lo que los seres vivos hacen es permitir el ingreso de oxígeno en su cuerpo, y a su vez, eliminar el dióxido de carbono que no necesita.
A partir de este intercambio de gases con el medio ambiente, nuestro cuerpo obtiene la fuerza, energía y la vitalidad necesaria que nos permite, directamente, vivir.

“Es la primera experiencia que vivimos al nacer, primer proceso fisiológico de manera independiente”.

“IMPRESCINDIBLE PARA TODA LA VIDA”

Por explicarlo de un modo sencillo, el oxígeno que nos nutre la respiración, sería “el gasoil” de todos los procesos fisiológicos: actividad cerebral, sistema nervioso, músculos, órganos, y un largo etc.

Pero, claro, respirar únicamente no basta, hay que hacerlo correctamente:

Una respiración correcta, es una respiración COMPLETA, en la que interviene todo el sistema respiratorio y los pulmones se llenan de aire. Debemos inspirar POR LA NARIZ, ya que purifica y termorregula el aire.

Así mismo, procuraremos recordar y aplicar estas 4 fases en busca de la respiración más correcta:

  1.  Inspiración: el aire entra lentamente en los pulmones hasta alcanzar su máximo.

  1.  Retención: el aire se mantiene unos segundos para que las células se oxigenen.


  1.  Espiración: se expele lentamente el aire inspirado, que lleva consigo el dióxido de carbono y el resto de las partículas de desecho.

  1. Descanso: los músculos y aparato respiratorio quedan relajados unos segundos antes de volver a comenzar con el proceso.
A modo de consejo, a la hora de inspirar, sería aconsejable tratar de llenar primero el bajo abdomen, después el medio abdomen y finalmente el pecho. Al contrario para espirar.

Es importante también, saber “QUÉ” nos impide respirar bien.

  • Estrés o tensión: una respiración agitada implica un tiempo muy reducido para que los órganos y músculos puedan absorber el oxígeno y su energía.

  • Mala postura: ello conlleva a una menor capacidad pulmonar.

  • Desórdenes médicos: asma, alergias…

  • Malos hábitos alimenticios: comer mucho, hacerlo muy rápido…

  • Contaminación, humo, espacios sin ventilar…

  • Medicamentos, alcohol, café: pueden producir alteraciones respiratorias.

  • El tabaco.

Pero, si mi cuerpo por sí solo ya conoce el proceso de la respiración, y lo hago sin darme cuenta, ¿para qué debemos aprender toda esta teoría? Porque a la hora de respirar, el simple hecho de hacerlo bien o hacerlo mal, nos acarrea una serie de beneficios o, en el otro extremo, problemas.

Respirar correctamente implica: hacerlo de manera suave, profunda, rítmica, fluida, placentera, SIN FORZAR. Si conseguimos hacer todo esto de modo habitual, inconscientemente, nos beneficiaríamos en:

  • Reducción del esfuerzo del corazón:

    • Menor tensión arterial
    • Mejor circulación sanguínea
    • Menos enfermedades cardiacas

  • Incremento del número de glóbulos rojos: conlleva una mayor oxigenación.

  • Mayor rejuvenecimiento de las glándulas y de la piel.

  • Mejora el funcionamiento del sistema nervioso parasimpático:

    • Menos latidos necesarios
    • Músculos más relajados
    • Mejor actividad cerebral

  • Mejora la elasticidad de los pulmones: más capacidad y fuerza

  • Quemar más fácilmente las grasas

En cambio, no respirar correctamente, nos perjudica en los siguientes factores, entre otros:

  • Disminución de la capacidad pulmonar y torácica

    • Menor circulación sanguínea
    • Menor calor corporal
    • Sobreesfuerzo del corazón

  • Sequedad en la boca

  • Digestión pesada e irregular

  • Deterioro del estado del sistema nervioso e inmunológico

  • Sensación de cansancio, ansiedad, malestar.

    • El cerebro es quien más oxígeno consume: sin él sufriríamos dolor de cabeza, somnolencia, depresión…

Por nuestra parte, y suponemos que por la de todo el mundo, pudiendo elegir entre los beneficios y los perjuicios de una buena o mala respiración, nos quedaríamos con los beneficios. Y para ello, existen sencillas y diferentes maneras de trabajar nuestra capacidad pulmonar:


No podemos olvidar, además de los ejercicios de la foto, que la capacidad pulmonar y cardiaca se mejora también trabajando nuestra capacidad aeróbica. Esto se consigue mediante el caminar, nadar, andar en bicicleta… al menos durante 30 minutos al día.